La compra de un software implica una autorización de uso, pero no la propiedad sobre el programa. Por lo tanto, es importante verificar los términos de la autorización.
En unas pocas décadas la computación se convirtió en una herramienta fundamental en la forma en que hacemos negocios. Las empresas, grandes y pequeñas, utilizan programas computacionales para desarrollar gran parte de sus tareas, desde cartas y correos electrónicos, hasta sofisticados sistemas de gestión y procesamiento de datos. Sin embargo, el software es de una naturaleza algo distinta al resto de los bienes de capital de una compañía, porque por regla muy general, no se compra (en el sentido de hacerse dueño de éste), sino que se licencia.
¿Qué significa esto? Que usted o su empresa, al adquirir un programa computacional, se hace dueño sólo de su soporte material, por ejemplo, del CD o DVD como trozo de plástico, incluso de su envoltorio, pero no el software contenido en él. Este último sigue perteneciendo a la empresa que lo desarrolló, como Oracle, IBM o Microsoft, por nombrar algunas.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
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